Y LA TIERRA TEMBLÓ…
13 de Mayo del 2011 a las 11:20 Escrito por Jaime Aguilera
http://www.diariosur.es/prensa/20110513/opinion/tierra-temblo-20110513.html
La memoria de los hombres, a diferencia de la su madre Tierra, es frágil y fugaz. Por eso conviene, aunque sólo sea por unos minutos, recordar que los andaluces en general, y los malagueños en particular, vivimos en un tierra que sigue siendo Madre, pero que aquí a veces también es madrastra, más que cualquier otra parte de España. Andalucía es la región que más seísmos registra en España –seguida de Murcia, Galicia y la zona de los Pirineos– con más de un millar todos los años: eso sí, la mayoría imperceptibles para los hijos de este madre Tierra.
Lo único es que, de vez en cuando, el terremoto sí que se nota, como lo acaba de hacer en Lorca –Murcia-, donde ya se habla de diez muertos. Y esto viene ocurriendo últimamente cada cien años: o sea, nada para la memoria antigua de la madre Tierra; mucho tiempo, más de un siglo, para la liviana memoria de sus hijos. No hablo de Haití, de Chile, de Japón o de San Francisco. Hablo del sur de España, y de Málaga en particular:
“Los curas han salido a la calle y traen con ellos la Santa Eucaristía y van confesando a la gente por las calles porque se han destruido los templos. En San Francisco ha habido ruina total y se han muerto cuatro frailes, de San Juan se ha caído la torre y el interior está arruinado. Los Mártires han tenido que apuntalarla y no sé yo si tendrán que tirarla debajo de tanta ruina como le ha caído encima y creo que a todas las monjas las han tenido que llevar al Císter porque todos sus conventos están inservibles.”
Así contaba un testigo, y así se puede consultar todavía en nuestro Archivo Municipal, en un informe enviado al rey Carlos II, el conocido como “Terremoto de Málaga”, que tuvo lugar a las 7 y cuarto del 9 de octubre de 1680, con epicentro en la Sierra de Aguas, entre Álora y Carratraca, y con una intensidad de 9 en una escala de 10. Hubo más de 70 fallecidos y un posterior maremoto. La Catedral fue el único edificio que no sufrió daños.
Igualmente, apenas se puede leer, muy alto, tapado por el neón de una zapatería, y en la que entonces era la puerta de la ciudad que daba al mar, el siguiente azulejo en agradecimiento a la Virgen de los Remedios:
“La mañana del 27 de noviembre de 1775 la ciudad de Málaga despertó con una gran tempestad réplica del terremoto de Lisboa. Ante una posible catástrofe, los devotos de Ntra. Sra. de los Remedios decidieron traer la imagen de la Virgen hasta este lugar, donde vuelto su divino semblante al mar, se calmaron las aguas.”
Y es que en la mañana del día de todos los Santos de 1755, sobre las 10 horas y 16 minutos de la mañana, tuvo lugar el llamado “Terremoto de Lisboa” que se caracterizó por su excesiva duración y virulencia, causando la muerte de entre sesenta mil y cien mil personas. Casi un mes después, y con una simple réplica, los malagueños acudieron a la Virgen de los Remedios, y no a Santa Bárbara, para que intercediera por ellos.
Por último, más de cien años después, cuando los malagueños celebraban el día de Navidad de 1884, tuvo lugar el llamado “Terremoto de Andalucía”, con epicentro en el pueblo granadino de Arenas del Rey, y con casi un millar de víctimas en nuestra región. Aquel día, uno de los dados del obelisco homenaje a Torrijos en la Plaza de la Merced se movió con el seísmo, y movido sigue hoy en día.
.La historia es el instrumento a través del cual la memoria de los hombres anota lo acontecido en la memoria de la Madre tierra. Es esta historia la que nos dice que no es ninguna tontería estar preparados, y cuanto más mejor. Es nuestra historia la que nos dice que debemos de dar estricto cumplimiento a normas como el Plan Especial de Emergencias ante el riesgo sísmico de Andalucía, que la Junta de Andalucía aprobó en enero de 2009, o como el nuevo Código Técnico de Edificación, que obliga a estructuras reforzadas en zonas sísmicas.
Como dije mi amigo el escritor Javier Sierra, turolense de nacimiento que se ha hecho malagueño de adopción, los que vivimos en Málaga debemos disfrutar más de nuestra magnífica ciudad día a día, minuto a minuto, y nos obsesionarnos tanto con un futuro por llegar, y que no sabemos qué nos deparará. El informe enviado a Carlos II que está en nuestro Archivo Municipal, el azulejo de la Virgen de los Remedios de Puerta del Mar y el dado movido del obelisco a Torrijos de la Plaza de la Merced nos dicen que, a pesar de nuestra vanidad, seguimos siendo humildes hijos malagueños de nuestra todopoderosa Madre Naturaleza.
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