MANDOS A DISTANCIA
30 de Octubre del 2008 a las 12:57 Escrito por Jaime Aguilera
La labor –se entiende física, no intelectual- más fácil que tienen que realizar nuestros parlamentarios es darle al botoncito -del sí, del no, o de la abstención- que hay en sus escaños: pues, no se extrañen, más de uno se ha equivocado. Pero bueno, ya sabemos que el mejor escribano tiene siempre un borrón.
Otros, como en la última sesión de control del Congreso de los Diputados, no están cuando se les llama para que hagan la pregunta. Esto anterior, que no merece más comentario por no sulfurarse, es una cosa, y otra muy distinta es lo que ha ocurrido en el Parlamento de Andalucía, ya que aquí lo que ha pasado es que una “miembra” de la cámara no pudo darle al mencionado botoncito porque estaba de baja por maternidad (con el paradójico efecto de que el partido que tiene mayoría absoluta en la antiguo Hospital de las Cinco Llagas perdió la votación).
Parece claro que algo habrá que hacer, puesto que ya no estamos en los concejos medievales donde había que esperar a que llegaran los mensajeros del voto imperativo a caballo. No es de recibo que si hasta los astronautas van a poder ejercer su derecho al voto desde más allá de la estratosfera, una digna representante del pueblo andaluz no lo pueda hacer porque acaba de salir del paritorio. Una de dos, o se habilitan la infinidad de medios que nos ofrece hoy en día la tecnología para que vote desde su casa; o, como segunda opción menos legítima, se buscan fórmulas de sustituciones interinas por el primero de la lista de su partido que no obtuvo escaño por esa provincia.
Dice el maestro Alcántara, con la sutil ironía que le caracteriza, que la Unión Europea, desde Bruselas, es nuestro “mando a distancia”. Pues eso es precisamente lo que necesitan Sevilla o Madrid, que no son mandos a distancias europeos, pero que les vendría bien uno para cada uno de nuestros ínclitos próceres que se dé de baja por maternidad o enfermedad.
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