UN PERIODISTA CON BOTAS
23 de Diciembre del 2008 a las 14:00 Escrito por Jaime Aguilera
El presidente Bush se está despidiendo dentro de la tónica antipática y excluyente que han sido sus ocho años de presidencia.
Ante el deseo de la familia Obama de instalarse en las habitaciones de invitados de La Casa Blanca, por aquello de que sus hijas se incorporen al nuevo cole después de las vacaciones de Navidad, la respuesta de los Bush ha sido que ya tienen otros invitados. Mal detalle anteponer al argumento educativo de los de Chicago un argumento de protocolo poco creíble y poco justificado.
Pero qué podemos esperar de quien prefiere que en las escuelas enseñen que venimos de Adán y Eva, y que se olviden de un señor que se llamaba Darwin. Qué podemos esperar de quién se ha pasado por el forro de sus pantalones a las Naciones Unidas y ha invadido un país en busca de armas de destrucción masiva que, al menos, eso sí, hace unos días, han aparecido. Lo han hecho en forma de zapato volador, y no ha sido un gato sino un periodista con botas quien, en una rueda de prensa le lanzó lo dos artefactos al presidente norteamericano.
Hay que reconocer que el tejano, otra cosa no, pero reflejos sí que tiene para esquivar los golpes: rápidamente quitó la cara y evitó el impacto. Sin embargo, no va a poder evitar el otro impacto que la historia le tiene preparado: ser uno de los peores inquilinos de la casa que se niega a ofrecer a su sucesor antes de hora.
No es la primera vez que se usa el calzado contra los Estados Unidos. En 1960, el presidente soviético Nikita Kruschev se quitó los zapatos y los golpeó sobre la mesa de la Asamblea de la ONU: era su forma de pedir la palabra para protestar contra el hambre militarista yanqui.
En fin, qué le vamos a hacer. Ahora que España y Estados Unidos querían ser otra vez amiguitos, dicen que el presidente saliente le ha vuelto a tomar manía a los “zapateros”.
Categoria: Artículos |