BOLONIA
9 de Marzo del 2009 a las 10:59 Escrito por Jaime Aguilera
Hasta ahora Bolonia era una playa de Cádiz o una ciudad italiana. Ahora también es un “plan” para cambiar algunas cosas en las universidades europeas. Así que para opinar sobre el plan Bolonia me voy a trasladar mentalmente a la ciudad que le dio nombre, más que a la hermosa playa donde casi seguro que hoy corre levante.
Una vez allí, volviendo a pasear por sus plazas y por sus envejecidos soportales, me doy cuenta de lo poco que han mutado las comunidades universitarias: en algunos axiomas básicos en cuanto a principios y organización, seguimos instalados en sistemas de la Edad Moderna –por no ofender y hablar de gremios medievales.
Y ahora resulta que muchos profesores y alumnos se unen y se manifiestan en contra de un “plan” que quiere dotar de un marco común y de movilidad a las universidades europeas, de mayor contenido práctico a las asignaturas, de mayor vinculación con las empresas. En definitiva de que no todo sea la misma inercia que, abusando de la sacrosanta libertad “ex cathedra”, se limite a dictar apuntes desfasados a futuros abogados que saldrán de la facultad de Derecho sin saber dónde colocarse en una sala de audiencias.
Resulta cuando menos curioso cómo rancios profesores y sindicatos de estudiantes le han dado la bandera rebelde de “la defensa de lo público en contra de la privatización” a alumnos aburridos: ya tienen excusa para salir de las aulas y tomar la calle en su irrisorio y particular mayo del 68. Ni siquiera se paran a pensar que lo que defienden con su rebeldía callejera sin causa es que se mantenga el “status quo” de sus catedráticos, donde el “papa estado” (en nuestro caso la mamá Junta de Andalucía) les pone el dinero que pagamos todos, y ellos hacen lo que les da la gana con su excelentísima y magnífica autonomía universitaria.
Puede estar de acuerdo con los detractores de Bolonia en que hay que tener más garantías sobre la financiación (de las becas de los alumnos, no de los presupuestos de las universidades) para que no se restrinja el acceso a un máster o a un postgrado. Pero que no me demonicen maniqueamente todo el plan Bolonia con tal de que todo siga como tal: cada uno con su cortijito-cátedra y el alumno buscándose la vida.
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Marzo 18th, 2009 at 13:32
Un saludo para ti también Carmen.
Estoy de acuerdo con Jaime.
Ademas quiero añadir que en ese cortijillo hay otra mala costumbre….Hacer creer continuamente a los alumnos que no saben nada, incluso después de acabar la carrera con matrícula: apuntate a los “masters del universo del cortijillo”, aun así seguiras sin saber, necesitas más especialización, quizas con los 45 ya puedas ejercer.
Marzo 19th, 2009 at 22:24
No vendría mal que una ráfaga inovadora recorriera esos “envejecidos soportales” de la universidad.Como alumno de esta me río de esa “sacrosanta libertad ex cathedra” que lo que hace es anquilosar el correcto funcionamiento de “esos cortijos”, repercutiendo por lo tanto, en nosotros los estudiantes.