DE PEPE TOMÁS NO MÁS
27 de Marzo del 2009 a las 10:53 Escrito por Jaime Aguilera
Hasta hace unos días sólo había un José Tomás que salía en los periódicos: el torero que ha conseguido devolver la ilusión a muchos aficionados; es más, el torero que ha conseguido que, después de mucho tiempo, aparezcan nuevos aficionados.
Ahora resulta que el sastre que le hacía los trajes a algunos políticos de la Comunidad Valenciana, al parecer previo pago de varios “bin laden” de quinientos euros, también se llama José Tomás.
A los dos, vaya por delante, por ser hoy diecinueve de marzo, felicidades por su santo; un santo, dicho sea de paso, que ha debido de cargar con una paternidad putativa que le han convertido en un segundón incomprendido.
Sea como sea, el José Tomás torero ha querido saltar “a la arena” de los medios devolviendo la medalla de Bellas Artes que en su día le otorgaron a él, y que este año le ha correspondido a Rivera Ordóñez. El otro José Tomás, por su parte, ha querido saltar “al camp” de la polémica denunciando presuntas corruptelas políticas.
Los dos Tomás han metido el dedo de Santo Tomás y han destapado la caja de los truenos. Ha sido entonces cuando dos bandos presuntamente irreconciliables se han hecho fuertes en sus respectivas trincheras. Para unos, después de lo que han hecho, hay que saludarlos con un efusivo “¡Hola, D. José!”. Para los otros, después de lo que han hecho, hay que despedirlos de por vida con un efusivo “¡Adiós, D. Pepito!”.
Y es que, en definitiva, en esta España cainita, polémica y bullanguera, y como dice la canción, el sastre y el torero para unos son Don José Tomás, y para otros Pepe Tomás no más.
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