DELIBES
17 de Marzo del 2010 a las 11:19 Escrito por Jaime Aguilera
Generalmente las lecturas obligatorias del bachillerato conseguían el efecto contrario de que el alumno odiara a la obra y, por extensión, al autor –quizás el ejemplo más claro fue la novela “Tiempo de silencio-; quizás porque no eran novelas de Julio Verne, de Conan Doyle o de Salgari, que eran las que me gustaban. Toda regla tiene sus excepciones y “El camino”, de Miguel Delibes, fue de las pocas que me gustaron; quizás por su prosa sencilla, quizás por identificarme con un Daniel el Mochuelo, que había tenido que abandonar la infancia idílica de un pueblo para ingresar en la adolescencia de un bachiller en ciudad.
Algo parecido me ocurrió con el cine, recuerdo sólo una ocasión en la que fuimos los cuatro –mis padres, mi hermana y yo- a una sala de cine. Estábamos de viaje e hicimos parada y fonda en Torrevieja, Alicante, que yo asociaba con los apartamentos que regalaba el “Un, dos, tres” de Ibáñez Serrador. Fue allí donde vimos, y donde nos quedamos impresionados, con la versión cinematográfica magistral de la novela de Delibes “Los santos inocentes”.
Ya superada la tumultuosa adolescencia, cayó en mis manos “Señora de rojo sobre fondo gris”, la novela que Delibes dedicó a su esposa después de que se quedara viudo. Pocas veces he podido leer un ditirambo más sincero y más profundo de un marido hacia su esposa.
Cuando he defendido la fiesta de los toros, he puesto más de una vez a Delibes como argumento analógico. Porque si hay alguien que ama al toro es el torero, el ganadero y el aficionado; lo mismo que un cazador honesto y cabal como Delibes –no un depredador loco- es el primer ecologista, aunque algunos vean en ello una falaz paradoja.
Todo esto ha sido para mi el Delibes escritor que acaba de morir; eso y un ejemplo ético y estético de humildad, belleza y amor por las personas, los paisajes y las cosas sencillas.
Poco más puedo decir.
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Marzo 22nd, 2010 at 18:15
Sólo leí “El Hereje” de Delibes, y me pareció impresionante esa novela, ¡sí señor! Dueño de un silencio, y humilde, como los grandes. Gigante de las Españas.
Marzo 23rd, 2010 at 15:43
INMEMORIABLE TIEMPO DE SILENCIO